La prevención de la ceguera | Charla TEDxBariloche por Santiago González Virgili – Video

La prevención de la ceguera | Charla TEDxBariloche por Santiago González Virgili – Video

La pérdida de visión es una de las discapacidades más graves que una persona puede enfrentar, afectando todos los aspectos de su vida. Lo sorprendente es que el 80% de las causas de ceguera o disminución severa de la agudeza visual se pueden prevenir o tratar. El oftalmólogo Santiago González Virgili comparte su experiencia en la lucha contra la ceguera evitable. Realiza cirugías de cataratas, la primera causa de ceguera en el mundo, en áreas rurales de Argentina, devolviendo la visión a personas que han quedado ciegas por esta condición tratable. Además, proporciona anteojos a personas con problemas de refracción no corregidos, lo que les permite experimentar una mejora significativa en su visión. También destaca la importancia del diagnóstico y tratamiento oportuno del glaucoma, una enfermedad que puede causar ceguera irreversible si no se trata adecuadamente. A través de sus campañas oftalmológicas, ha logrado erradicar la ceguera y la baja visión en varias comunidades rurales. Con su trabajo, demuestra que se pueden lograr grandes avances con recursos limitados, y que la prevención y el acceso a la atención médica son fundamentales para evitar la ceguera evitable.

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En su charla, Santiago González Virgili nos transporta a la remota Línea Sur de la Patagonia, donde su labor como voluntario revela una dolorosa verdad: la mayoría de los casos de ceguera son evitables. Compartiendo experiencias personales, González Virigili destaca la lucha de contra la ceguera debido a condiciones prevenibles. Su relato apasionado resalta la importancia de la educación y el acceso a la atención médica en estas áreas, subrayando cómo simples intervenciones, como proporcionar anteojos o tratamientos básicos, pueden transformar radicalmente la vida de las personas.

La charla no solo expone la realidad actual, sino que también resplandece con un rayo de esperanza al presentar las campañas de concientización y programas de detección temprana. En su discurso inspirador insta a la acción, recordándonos la importancia de llevar la atención médica a lugares remotos donde la falta de recursos no debe traducirse en la pérdida innecesaria de la visión. Se desempeña como Jefe del Servicio de Oftalmología del Sanatorio San Carlos en Bariloche, Argentina, desde hace 20 años. Es fundador y presidente de la Fundación 100 Caminos, con la cual realiza Campañas Oftalmológicas Solidarias desde el año 2005 en parajes de la Región Sur rionegrina y prácticas oftalmológicas a pacientes del Hospital Zonal “Ramón Carrillo” de Bariloche.

Santiago nació en la ciudad de Buenos Aires, es médico egresado de la Universidad de Buenos Aires y especializado en Oftalmología en la Fundación Oftalmológica Argentina Jorge Malbrán. Es cirujano dedicado a la cirugía de catarata, cirugía refractiva y trauma ocular.

Padre de tres hijos y amante de la vida al aire libre, se radicó en Bariloche en el año 2004. This talk was given at a TEDx event using the TED conference format but independently organized by a local community. Learn more at https://www.ted.com/tedx

Transcriptor: Marta Vidal del Palacio Revisor: Anna Sobota Haber visto y quedarse ciego probablemente sea una de las pérdidas físicas más graves que una persona puede padecer. En los primeros tiempos, cuando se sufre una pérdida de visión severa, se enfrentan limitaciones en todos los órdenes de la vida,

Se enfrenta un duelo que produce tristeza y que produce depresión. La tarea de adaptarse a esta nueva realidad es titánica, no solo para la persona, sino también para toda la familia. Y si esta adaptación no se consigue, la persona puede quedar aislada o incluso postrada.

Lo sorprendente es que el 80 % de las causas que producen ceguera o disminución severa de la agudeza visual se pueden prevenir o se pueden tratar. Esto significa que el 80 % de las personas con una discapacidad visual grave podrían haberlo evitado

Si el diagnóstico y el tratamiento hubieran llegado a tiempo. Esto le impide a los adultos realizar sus tareas habituales, quizás las más elementales, y a los chicos madurar y desarrollarse. Dramáticamente, muchas de estas personas podrían recuperar la visión, pero el tratamiento no llega nunca.

Casi mil millones de personas en el mundo enfrentan esta realidad. Yo llevaba muchos años siendo oftalmólogo cuando tomé conciencia de este hecho, porque trabajando en clínicas de Buenos Aires solía pensar que lo que más frecuentemente llevaba a una pérdida grave de visión eran esas enfermedades complejas de difícil tratamiento

Que solíamos ver en nuestros consultorios. Pero no es así. La gente, la mayor parte de la gente, sufre graves problemas de visión por problemas que son básicos y cotidianos. Probablemente muchos de los que estamos acá tenemos estos problemas y los solucionamos fácilmente.

Pero existen millones de personas en el mundo que no tienen esta suerte. Muchos años atrás, ya mudado a Bariloche, conocí a José. Lo traía su esposa porque estaba ciego hacía más de dos años. Eran personas humildes a las que les costaba mucho trasladarse desde su pueblo en el campo a la ciudad.

José tenía catarata, que es la pérdida de transparencia del cristalino, una de las dos lentes que tiene el ojo. Esta condición se corrige con una breve y accesible cirugía, la mayor parte de las veces exitosa, que consiste en reemplazar el cristalino, que está opaco, por una nueva lente intraocular. Entonces, decidimos operarlo.

Después de dos años de estar postrado, José volvió a ver. Imagínense que es difícil transmitirles la emoción del momento en el que le sacamos el parche en el control postoperatorio. José, primero, me miró extrañado, miró a su esposa, y después, sin decir ni una sola palabra, simplemente sonrió.

Créanme que cuando una persona recupera la visión, lo primero que hace es sonreír. Unos días después, en el control postoperatorio, la esposa me dijo, un poco en broma, un poco en serio: “Doctor, ahora José no se queda quieto. Se me escapa de la casa todo el tiempo.

¿No le podríamos volver a poner la catarata?” Yo entendí que a José le había cambiado la vida. Para una persona que tiene buen acceso a la salud, a una atención de calidad, operarse de catarata significa que después de un tiempo de deterioro, que puede ser más o menos prolongado, recuperan la visión normalmente.

Esto genera en el consultorio comentarios que son llamativamente coincidentes. “Ahora me veo las arrugas..” ..o “La tierrita que había arriba de los muebles”. Pero para una persona que estaba ciega por cataratas, la cirugía puede parecerse a un milagro, como conocer a un nieto o volver a caminar sola. Urbanita, una paciente de Maquinchao, un pueblo de acá de la Patagonia, dijo que estaba casi ciega. Dijo, cuando le sacamos el parche en el control postoperatorio,

Entre risas, como siempre: “¿Adónde está el feo de mi hijo? ¡Qué lo quiero volver a ver!” Las cataratas son la primera causa de ceguera en el mundo. Más de 94 millones de personas sufren esta situación por no poder acceder a una cirugía que es segura y económica. Tienen de las mejores ecuaciones riesgo y costo beneficio de todas las cirugías de la práctica médica.

La distancia y disponibilidad de los centros de salud adecuados y las dificultades socioeconómicas de nuestros países en vías de desarrollo transforman este problema de solución sencilla en un flagelo que tiene proporciones monumentales. Después de la experiencia con José,

Quise volver a vivir la emoción producida por la sonrisa y por ese momento todas las veces que pudiera. Así, al principio, de una forma muy rudimentaria, con un amigo, y después, por suerte, con muchos amigos más que se sumaron con muchas ganas de ayudar,

Comenzamos a realizar viajes a la zona rural de la provincia de Río Negro, tratando de llevar buena atención, atención oftalmológica de calidad a los lugares de residencia. Allí nos encontramos de frente con la que es la segunda causa de baja visión severa en el mundo: los trastornos de refracción no corregidos.

Un nombre sofisticado para decir que una persona que tiene miopía, presbicia, astigmatismo o hipermetropía no tiene acceso al anteojo. Seguramente ustedes dirán: “Pero, por no usar un anteojo, ¿baja visión severa?” A unos 100 kilómetros de acá, conocimos a un muchacho de unos 30 años, extremadamente miope.

Eso significa que el foco de visión lejana estaba a esta distancia. En una campaña le estábamos probando los cristales, como hacemos siempre: “¿Ahí ves mejor? ¿Ahí ves peor?” Cuando de repente, así, con los cristales de prueba, apenas apoyados, se levanta de la silla,

Se acerca a la ventana y mira a lo lejos lo que nunca había visto en su vida. Había pasado 30 años pensando que el mundo era borroso. Así, parado frente a la ventana, empezó a reírse. Lo mismo nos pasa en las campañas con innumerables viejitos,

Esos que se acercan con poncho, sombrero de gaucho y el facón en la espalda, cuando le probamos el anteojito para ver de cerca. Siempre es igual, es: mirar la cartilla, mirar al viejito de al lado y empezar a reírse. La gente cuando recupera la visión, se ríe.

Imagínense las personas que están acá, que tienen más de 50 años, lo que significaría vivir durante 20 o 30 años sin poder utilizar esos anteojos. Y ¿qué pasa con los chicos a los que la falta del anteojo con miopías elevadas, astigmatismo elevados, les impide estudiar, jugar o desarrollarse?

Y además, les puede dejar secuelas visuales o cognitivas de por vida. Efectivamente, para muchísima gente, el anteojo es lo más normal del mundo, pero en algunos lugares puede significar una pequeña maravilla que le permite a una persona ver las hojas de los árboles o ver las estrellas por primera vez.

La tercera causa de ceguera en el mundo es el glaucoma, que es una enfermedad que la mayoría de las veces, pero no siempre, está relacionada con la presión ocular. El glaucoma puede avanzar durante años casi sin ser detectado, sin dar síntomas. Pero el daño que produce es completamente irreversible.

La falta de diagnóstico a tiempo y el tratamiento crónico son el problema. Una persona puede quedarse irremediablemente ciega por no poder ponerse una gotita todos los días. Lamentablemente, más de una vez, nos pasó en las campañas, de haber visto algún paciente

A quien habíamos indicado que debía usar gotas uno o dos años antes, y solo lo había hecho el tiempo en que las gotitas que le habíamos donado en el viaje anterior le habían durado. Hasta que se acabaron. Porque no existen farmacias en los parajes.

Tampoco hace falta ir a zonas alejadas para encontrar ciegos por glaucoma. Esto puede pasar acá, en cualquier parte. Muchas veces por no tomar conciencia de la necesidad de controlarse y de medicarse. Durante 17 años realizamos más de 50 campañas de atención oftalmológica, llevando tecnología y recursos humanos necesarios

A más de 20 parajes de la provincia de Río Negro. Con más de 4 500 consultas realizadas, creo que tuvimos un alto impacto, logrando erradicar la ceguera y baja visión en al menos cinco de estos parajes y a disminuir de manera importante su incidencia en el resto.

Creo que con poco hicimos mucho, porque para prevenir la dificultad, la discapacidad visual severa no hace falta mucho. Quizás hace falta solo voluntad. Increíblemente el logro más grande lo alcanzamos donando anteojos nuevos o donando anteojos que la gente nos daba y nosotros reciclábamos para llevar a los viajes que realizábamos.

Esto es así, por increíble que parezca. Para cada campaña avisamos por Radio Nacional, desplegamos nuestros consultorios en las aulas de las escuelas rurales, de los parajes que visitamos y atendemos a todos los pobladores que se acerquen. Arreglamos previamente con los docentes para asegurarnos de atender a todos los chicos.

Y habitualmente concurre casi todo el pueblo. Muchas veces llega gente desde lejos, a caballo, para reemplazar el anteojo que le habíamos donado uno, dos o tres años antes, todo rayado, reparado mil veces con pegamento y cinta. Y ese es el momento donde uno realmente toma verdadera dimensión de la importancia de la atención,

Y del anteojo. Entonces, en los parajes rurales, y también en las comunidades vulnerables de las ciudades, para prevenir la discapacidad visual en un 80 %, antes que nada hay que dar anteojos, operar todas las cataratas que se puedan, diagnosticar los glaucomas y asegurar que el tratamiento llegue,

Cuidar al paciente diabético y hacer que el paciente diabético se cuide. En un mundo donde la capacidad de ver es fundamental, el daño producido por la ceguera y baja visión severa es gravísimo, no solo para la persona, sino también para sus comunidades. Las consecuencias de este daño

Superan varias veces el esfuerzo y el costo de prevenirlo. Todos, o muchos, podemos tener un rol en cambiar esta realidad. Primero, cada individuo tiene que controlarse preventivamente. Por supuesto, quien tiene un diagnóstico y su familia; los profesionales de la salud, de lo social; docentes, comunicadores, trabajadores voluntarios

Y, por supuesto, a quien le toca dirigir – les conté varias anécdotas para ilustrar que esta discapacidad, a diferencia de otras, muchas veces puede ser reversible, y es casi siempre evitable. Quizás sea solo tomar conciencia, tener voluntad y actuar en conjunto. Muchas gracias.

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Video “La ceguera evitable | Santiago González Virgili | TEDxBariloche” was uploaded on 01/12/2024 to Youtube Channel TEDx Talks